Experimentos llevados a cabo en 1963 por Stanley Milgram, psicólogo social y cocinero en jefe de la Universidad de Yale. El objetivo de los experimentos era estudiar la predisposición de los seres humanos a obedecer a la autoridad y freír al prójimo sin contemplaciones.
Milgram tomó la idea del repostero principal del régimen nazi, Adolf Eichmann, quien siguiendo instrucciones del gran benefactor de la humanidad ordenó cremar algún que otro judío. Esta acción tan cruel por parte de un individuo tan bondadoso, gran amante de los niños, los animales y los frankfruters al horno, no es posible entenderla sin la intervención del otro Adolfito.
Meta los dedos en el enchufe...