miércoles, 14 de octubre de 2009

Premio lácteo

El premio lácteo, o premio láctico, es una de las manifestaciones más satisfactorias que diosa alguna haya concedido a sus fieles predilectos. Consiste en que, por la mecánica de un momento de éxtasis religioso, la diosa de turno decide eyacular su leche hacia las bocas de sus fieles. Se da principalmente entre diosas con fama de tetonas o politetales (de muchas tetas), aunque a veces las de busto modesto también han querido incurrir en esta práctica litúrgica. En épocas pasadas, cuando el politeísmo era más sincero, la diosa Ishtar (Reina del Cielo), durante las ceremonias especiales que se hacían dos veces al año, solía hacer brotar el sagrado líquido materno sobre sus hijos, quienes bebían embelesados el líquido del milagro. Obviamente, el milagro era producto de un ingenioso mecanismo que se encargaba de hacer fluir leche de cabra a través de unas pequeñas mangueras ocultas tras la efigie. Pero cuando las limosnas eran bajas, el sacerdote reemplazaba la leche por agua con yeso, a fin de hacerles ver la ira de la diosa.

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